En 1877, el astrónomo italiano. Giovanni Schiaparelli observó unas líneas a lo largo de Marte, que fueron erróneamente considerados por alguna gente como pruebas de la existencia de canales marcianos. Según las teorías de Percival Lowell, serían canales de irrigación construidos por una supuesta civilización marciana, que habría resuelto así el problema de la falta de agua en un planeta desértico y agonizante. Sin embargo, posteriormente se comprobó que las observaciones de Schiaparelli, a las que nunca se las tomó muy en serio, se debían a un efecto óptico, y estas teorías fueron totalmente descartadas.
Posteriormente esta creencia reviviría al conocerse unas fotografías de la superficie de Marte, en donde se observaba una estructura que se semeja a un rostro humano (la Cara de Marte); lo cual produjo que muchos creyentes en la ufología hayan considerado que esta estructura presentaba un origen extraterrestre. Sin embargo posteriores análisis científicos demostraron que solo se trataba de una estructura geológica de origen natural.
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